• Capital:ninguna
  • Población:602.640 (humanos 80%, drows 6%, semielfos 5%, elfos 4%, medianos 2%, gnomos 1%, enanos 1%)
  • Gobierno:varía según el valle; el Consejo de los Valles los unifica informalmente a todos
  • Religiones:Lazhander, Mielikki, Silvanus, Tempus, la Tríada (Ilmáter, Torm, Tyr)
  • Importaciones:armas, artículos de metal, cristal, joyas, libros, papel, textiles
  • Exportaciones:cerveza, fruta, grano, madera de construcción, pan, pieles, queso, verduras
  • Alineamiento: CB, NB, N

Los Valles son amplios valles boscosos, con ondulantes granjas, unidos por estrechos caminos comerciales que atraviesan las hermosas arboleadas. Bendecidos con un suelo fértil y un clima templado (dejando a un lado los inviernos, extremadamente crudos), los Valles son el granero de las Tierras Centrales. El espíritu independiente de esta tierra y su antiquísima alianza con los elfos de Cormanzhor la ha convertido en el histórico lugar de nacimiento u hogar preferido de muchos de los mayores héroes de Faerûn.

En la actualidad existen once valles distintos, cada uno con su propio territorio, gobierno (o falta de éste), milicia, pactos comerciales, ambiciones y carácter. El valle de Arkhen y el de la Borla valoran la industria y la artesanía. El de la Daga se encuentra solo ante un poderoso enemigo, mientras que el de la Cicatriz lucha por recuperar su independencia tras años de ocupación. Mientras tanto, los demás valles respetan el viejo Pacto de los Valles y prefieren que los dejen en paz.

El carácter de las Tierras de los Valles

Aunque comparten tradiciones comunes, prácticas culturales y alianzas religiosas, las Tierras de los Valles no son un reino unificado igual que Cormyr o Sembia. En lugar de eso, son un enigma para el resto de Faerûn. ¿Cómo es posible que pequeños grupos desorganizados de granjeros y artesanos testarudos y atrasados controlen las codiciadas tierras que rodean el gran bosque de los elfos?

En el pasado, el propio bosque fue una de las principales razones de la existencia continua de los Valles, pues la presencia de la Corte Elfica disuadía a la mayoría de sus enemigos. Ahora que los elfos son una potencia secundaria en Cormanzhor, los valletanos dependen de los dones que siempre han poseído: heroísmo, autosuficiencia, y un fuerte sentido de la comunidad, casi exclusivista.

Para un forastero, los valletanos parecen callados, suspicaces y reservados. Hasta que los recién llegados son identificados como amigos o enemigos; los habitante de estas tierras prefieren el silencio cortés a los cumplidos vacíos. Una vez acepatan a una persona, suelen mostrarse abiertos y generosos, especialmente al organizar la defensa de la comunidad. Una vez aceptado por los valletanos como un amigo, se espera que el forastero contribuya a la defensa de la comunidad.

La mayoría de los Valles mantienen al menos una micia informal. Los niveles de entrenamiento y especialización de tales grupos varían, pero todos son capaces de proporcionar una instrucción con un arma de cuerpo a cuerpo y un buen arco largo de los Valles. Los de los Valles bien podrían ser los mejores arqueros humanos de Faerûn, lo que ayuda a frenar a los que aspiran a invadirlos.

El pacto de los Valles

En su día, los Valles fueron unos profundos bosques en los que los dragones apenas cazaban, pues estas criaturas prefieren alimentarse de los ogros, ciervos, osos y rozhé que hay en las llanas Tierras Pétreas del oeste. El reino de Cormanzhor florecía a medida que las sierpes disminuían y los elfos se hacían fuertes.

Humanos procedentes de tierras conocidas actualmente como Khóndazh e Ímpiltur colonizaron los márgenes del gran bosque. Estas migraciones atrajeron a gente de otras regiones de Faerûn: exiliados, fugitivos de la justicia y aventureros que vieron una tierra de brillantes promesas. Granjas y villorios humanos empezaron a aparecer dispersos en los márgenes de Cormanzhor en torno al año -200 CV. Las defensas élficas obstaculizaron la tala de árboles, de modo que las comunidades humanas estaban dispersas y aisladas en lugar de extenderse a lo largo de las tierras de labranza, como hicieron en las tierras que se convertirían en Cormyr al oeste y en Sembia al sur.

Prediciendo el fin para sus gentes si trataban de combatir a los numerosos colonos humanos, el aguirlandado elfo Entorvo acordó el Pacto de los Valles entre los elfos del imperio forestal de Cormanzhyr y los humanos que más tarde serían conocidos como valletanos. Los humanos y los magos elfos erigieron juntos La Roca en el centro de Comanzhor como símbolo de la unidad entre las dos razas. A cambio de prometer no talar más el bosque de Cormanzhor, al los antepasados de los actuales valletanos les fue permitido instalarse en los márgenes del bosque o en lugares donde no crecieron los grandes árboles.

Aunque los valles tempranos lucharon por sobrevivir, los elfos de Cormanzhor se fortalecieron y se volvieron confiados. En el año 220 CV, el aguirlandado elfo permitió a los humanos entrar su reino. En el año 261 CV, tomó la fatídica decisión de darles la bienvenida en sui mismo corazón, transformando la ciudad élfica conocida antes como Cormanzhor en la ciudad franca de Myt Drannor. Todas las razas eran bienvenidas en esa ciudad, que disfrutó de una edad dorada que duró casi cinco siglos. Myt Drannor alcanzó cotas en las artes, la artesanía y la cultura desconocidas hasta entonces, y llevó hasta las tierras del Estrecho del Dragón el comercio, el viaje y la colonización de humanos, medianos, enanos y gnomos.

La aparición de Myt Drannor permitió a los Valles sobrevivir a su infancia problemática. La caída de la ciudad, en el año 714 CV, dio a los Valles la oportunidad de florecer como les hubieran resultado imposibles si los hubieran seguido intactos. Poco supervivientes de caída de Myt Drannor escaparon de los demonios, diablos y dragones que se reunieron en las ruinas, pero los que lo lograron llevaron hasta los cercanos valles la riqueza, la magia y el saber de esa ciudad.

Aunque el Pacto ha dejado de tener vigencia, la mayoría de los Valles aún acatan sus términos. La tradición ha reemplazado al poder de los elfos como motivación principal para adherirse al Pacto, pero, por el momento, eso es suficiente para conservar los márgenes de Cormanzhor tal y como están.

El Consejo de los Valles

Todos los años, en Hibernal, cada valle envía a un delegado hasta una villa de la región para que asista al Consejo de los Valles. Los delegados debaten asuntos que afectan a todos los valles, como el mantenimiento de las rutas comerciales, los pactos de defensa contra las agresiones de los zhents o de Sembia, las disputas fronterizas entre los valles vecinos y cuestiones relacionadas con el gran bosque de Cormanzhor.

Se han llevado a cabo dos intentos serios de unificar los Valles. El primero fue bajo el reinado del legendario Éncar, el Rey Enmascarado, que intentó convertir los Valles en un solo reino pero fue asesinado en el año 1044 CV, y con él, su sueño. El segundo aspirante a unificador surgió y cayó en 1356 CV. El señor Lashan del Valle de la Cicatriz invadió los Valles de la Batalla, la Pluma y la Rastra, proclamando su intención de conquistar todos los Valles. Lashan desapareció tras su derrota en las grandes batallas de los Valle de la Bruma y la Sobra, pero su legado dio origen a una racha de mala suerte que ha asolado el Valle de Cicatriz hasta nuestros días.

La mar de problemas

En el presente año de 1372 CV, los Valles se enfrentan a varias amenazas terribles. El enemigo al que mejor conocen sigue maquinando al norte, en el Alcázar Zhentil. Un enemigo insospechado acaba de llegar para crear el Imperio de las Sombras en los yermos de Anaurokh. Y en la Retirada a Eterniôn, los elfos dejaron el gran bosque de Cormanzhor abierto a la explotación por parte de otros importante enemigo:los drows.

Pero los Drows podrían no ser el peor enemigo al que se enfrente los Valles, pues el Pacto de los Valles se está debilitando. Durante trece siglos, este tratado ha sobrevivido a traiciones (normalmente humanas), desastres mágicos (normalmente élficos) y a presiones por parte de aspirantes a colonizadores (sembianos) y conquistadores (las gentes del Mar de la Luna). Con los elfos de Cormanzhor ahora en Eterniôn, ¿qué queda del acuerdo de las Tierras de los Valles para conservar el bosque cultivando sólo en las tierras ya deforestas por las fuerzas naturales? La gente de algunos valles, como el de Arkhen, ya ha dado la bienvenida a la oportunidad de talar y explotar los bosques élficos. Los residentes de otros valles, como el Profundo, hicieron todo lo que pudieron para animar a los elfos a quedarse en el bosque.

En el siguiente Consejo de los Valles de 1373 CV, los dos temas más apremiantes podrían ser la ocupación drow de Cormanzhor y el destino del Valle de la Cicatriz. Los drows ejercen una gran presión sobre los territorios de los valles más cercanos a Cormanzhor, pero otros valles aún no han resultado afectados por la lucha. Uno de éstos es el de la Daga, sede de la reunión del Consejo del próximo año (para el que todavía queda medio año). Los peores enemigos del Valle de la Daga son los zhents, que ayudaron a generar la miserable situación del Valle de la Cicatriz. Aún está por ver si los valles pueden llegar a un acuerdo en cuanto a la toma de acciones contra cualquiera de sus enemigos.