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Clases de prestigio

El filo del ocaso difumina la línea que separa al lanzador de conjuros del guerrero, combinando el poder arcano con la pericia marcial. El filo del ocaso, estudiante de antiguas técnicas élficas de lanzamiento de conjuros, combina el arte arcano con las habilidades combativas de un guerrero avezado...

Clases de prestigio

De todas las fuerzas elementales que forman el universo, la más poderosa y difícil de controlar es la que se encuentra entre todas las demás y las une: el vacío. Los discípulos del vacío comprenden que todas las cosas del mundo contienen todos los elementos básicos, unidos por la esencia menos...

Clases de prestigio

Es posible que ninguno de los magníficos poderes de los lanzadores de conjuros sea tan versátil, útil ni espectacular como la aptitud de cambiar por completo de forma. El maestro de la metamorfosis es un hechicero o un mago que ha elegido especializarse en conjuros que cambian su forma. El conjuro...

Clases de prestigio

Salvaje, exótico y peligroso como sus hojas giratorias, el derviche es el epítome de la velocidad, la rapidez y el desenfreno. Sus movimientos parecen ser tan aleatorios como elegantes, pero los pasos de su danza letal se efectúan de a cuerdo a su propio ritmo. Casi todos los derviches pertenecen a...

Clases de prestigio

Los doblegamentes buscan el control de los pensamientos y los sueños de los demás. Desde muy niños, los destinados a caminar por este sendero aprenden pequeños trucos de manipulación para abrirse camino. Después, se convierten en lanzadores de conjuros para mejorar sus ya impresionantes aptitudes...

Clases de prestigio

Los seguidores de Bahgtru son aquellos orcos que valoran más el músculo que el cerebro y ven la fuerza física como la herramienta más valiosa para obtener poder sobre sus compañeros. Para ellos, depender del intelecto es algo a despreciar, porque es el refugio de los débiles y cobardes. Los...

Clases de prestigio

¿Quién es este insensato que se atreve a desafiarte en la arena? Blandes tu espadón, y el saca una daga. Desenfundas tu espada larga, y el se quita la armadura. Avanzas amenazadoramente, y él se limita a sonreírte con una gran mueca maníaca. ¿Está loco? ¿Tiene deseos de morir? No, es una hoja...